Por: Hendrix Reyes Yens
En Supernegocios procuramos encontrarle el negocio que se adapte a sus gustos y preferencias, y que al mismo tiempo sea rentable, y vaya de acuerdo a su presupuesto. Además que le permita obtener el éxito esperado en el futuro.
A diferencia de la creencia popular de que los negocios se venden porque están quebrados, la realidad es que hay múltiples razones para que un propietario desee venderlo. Algunas de estas razones son:
- El propietario está cansado o aburrido del negocio, y siente que debe energizarse cambiando de actividad.
- Le ha llegado al propietario la hora o el deseo de retiro, y no vislumbra la posibilidad de que alguien lo suceda.
- El propietario piensa emprender otro tipo de negocios, quizás con un horario diferente, un tiempo de dedicación menor, algo que vaya con su personalidad o sus gustos y preferencias.
- En ocasiones el dueño puede tener problemas de salud personal o de algún familiar por lo que requiere dinero o tiempo para que el negocio continúe.
- El propietario planea mudarse de residencia, o el negocio está muy retirado de su ubicación, y quiere manejar un negocio más cercano.
- Puede que existan problemas entre los socios que haya provocado que deseen vender el negocio y separarse.
- Los propietarios no tienen herederos que puedan darle continuación al negocio.
- El propietario no dispone del capital que requiere el negocio.
- Puede que el propietario tenga algunos problemas familiares como divorcio, problemas financieros, etc., que le impiden continuar con el negocio.
- El propietario desea expandirse hacia otros mercados.
- El propietario no tiene los conocimientos que se requieren para manejar el negocio eficientemente.
La razón de venta que tiene el propietario no es tan importante como el motivo de compra que tendría el inversionista en adquirir el negocio. Un negocio puede ser malo para alguien, y una joya para otro. En nuestra experiencia, los posibles inversionistas están mejor dotados que los vendedores, porque evaluarán mejor las debilidades del negocio, es probable que dispongan de capital fresco para hacer las adecuaciones necesarias para el éxito del mismo, y puede que tengan las habilidades necesarias para su funcionamiento, o que cuenten con el capital humano que se requiere para el eficiente manejo del negocio. A veces no es el negocio el malo, sino la persona que lo posee.
A nivel mundial, los negocios pequeños y medianos cambian de dueño cada 5 años en promedio, lo cual no es una calamidad. Es una realidad del mercado.
Nota: El autor de este artículo es profesor de Administración Financiera, Presupuesto Empresarial y Administración de Seguros en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (Uasd)
